Se acabaron las tardes de fútbol, las noches de básquet y boxeo, las largas jornadas de canotaje, ciclismo, natación y tantos otros que deberán esperar a que la pandemia de coronavirus no haga más estragos. ¿Pero después que pasará?
Están los cronistas deportivos, sobre todo aquellos que logran tener su espacio con el ingreso de las publicidades, fueron los primeros en sufrir esta crisis que tuvo un comienzo pero no se sabe cuando será el final, detrás aparecen los profesores, entrenadores y porque no los jugadores, que en muchos casos reciben un viático con el cual y depende de la edad, lo pueden disfrutar con amigos o familia.
Los clubes, en nuestro medio la gran mayoría se sustenta por la actividad misma, al no haber competencias no hay ingresos y si no hay ingresos ¿como hacen para sobrevivir?, luego estarán los otros, los que si tienen ingresos de socios, pero al no haber actividad en la institución el socio seguramente le costará abonar su cuota sin haber disfrutado del club y los costos fijos de empleados deberán pagar igual, allí radica otro problema, clubes chicos, problemas menores, clubes grandes, problemas mayores…
Maldita pandemia, tras años de desidia al deporte nos toca vivir esto, otro golpe más, el árbitro nos está contando, algunos no podrán seguir, otros con más suerte podrán ponerse de pie y levantar sus brazos en señal que todavía están para seguir dando lucha.
¿Que será para el día después? porque habrá que reacomodar las piezas, empezar casi de cero, en todo sentido. Habrá un antes y un después, para ese entonces quienes hacemos El Clásico Deportes nos preguntamos ¿estaremos? ¿o el golpe de KO nos dejó en la lona?