22 victorias, 173 goles a favor y solamente 9 en contra. Esos eran los números con los que llegaba Brasil, que nunca había cedido ni siquiera un empate a nivel sudamericano. Argentina había estado cerca en 2003: la primera camada mundialista se plantó firmemente y cayó por 3-2 en dicha oportunidad. Muchos de aquellos nombres que habían hecho historia en Lima se repetían en el césped del Mundialista marplatense. En Argentina una de las figuras era la sampedrina.
Último partido de la Fase Final del Sudamericano Femenino 2006. Argentina no solo se jugaba el título, sino también la clasificación al Mundial 2007 y a los Juegos Olímpicos del 2008. Además, no alcanzaba con un empate: había que ganar sí o sí. A las 17.15 de aquel 26 de noviembre sonó el pitazo inicial del partido. Para dimensionar al rival, basta recordar que en Atenas 2004 había obtenido la medalla de plata y que luego quedaría en el segundo puesto en la Copa del Mundo 2007.
Poco le importaron esos antecedentes a las futbolistas argentinas, que salieron dispuestas a dejar la vida en cada pelota. Si bien Brasil fue superior en el primer tiempo y dominó el trámite del partido, Argentina aguantó la presión rival. En una de las últimas pelotas del primer tiempo, Romina Ferro atajó un soberbio remate de Grazielle para mantener el empate en el marcador.
Anteriormente, la Albiceleste había sido reconocida por su buen juego incluso en la web de CONMEBOL, algo que no sorprende al repasar cómo estaba conformado el equipo. Sin embargo nadie esperaba lo que sucedió en la segunda mitad. Argentina salió con la decisión de adueñarse de la pelota y disputar el partido en la mitad del campo. Ayudada por la confianza ganada y por el fuerte viento marplatense, Eva González ejecutó un tiro libre a unos 40 metros del arco visitante. La pelota viajó hacia el área, picó y terminó superando a la guardameta Thais para despertar el grito de gol.
Con el conjunto brasilero totalmente desconcertado tras el 1-0, Argentina aprovechó su oportunidad y volvió a golpear dos minutos más tarde: Belén Potassa y su instinto goleador aparecieron en el corazón del área para conectar un centro bajo. «No sabía cómo festejarlo, qué hacer, para dónde correr… Cada vez que recuerdo la pelota entrando al arco, me sigo emocionando«, contó a FIFA.com la delantera que en ese entonces tenía apenas 17 años.
Los minutos transcurrieron entre el sacrificio de las locales y la desesperación de las visitantes que veían esfumarse una racha de 15 años sin ceder ningún punto en el certamen. El pitazo final llegó y desató el festejo, el llanto y la emoción de las argentinas que se quedaron con el título y la clasificación al único Juego Olímpico en el que ha participado la Albiceleste hasta el día de hoy.
«Batacazo de Argentina«, tituló CONMEBOL, mientras que el diario La Capital de Mar del Plata eligió «¡Las chicas, o’mais grandes!«. Sin embargo, poca fue la repercusión que esta hazaña tuvo en los medios nacionales.
Hoy, los nombres de las integrantes de aquel plantel campeón se encuentran inmortalizados en las paredes del Complejo 2 del Predio de Ezeiza: Analía Almeida, Sabrina Celeste Barbitta, María Gimena Blanco, Carmen Brusca, Gabriela Chávez, Mariela Coronel, Vanina Correa, Romina Ferro, Marisa Gerez, Rosana Gómez, Eva González, Analía Hirmbruchner, Clarisa Huber, Florencia Mandrile, Ludmila Manicler, Andrea Ojeda, Catalina Pérez, Florencia Quiñones, María Belén Potassa y Fabiana Vallejos.
En semifinales ante Uruguay, Argentina ganó 2 a 0, siendo uno de los tantos de «Luli», que las llevó a disputar la final ante Brasil. 6 triunfos y 1 empate, una gran campaña sin dudas!
La Selección dirigida por Carlos Borrello superó la fase inicial con triunfos por 2-1 a Uruguay (Analía Almeida y Belén Potassa), 8-0 a Chile (Potassa -2-, Almeida, Mariela Coronel, Andrea Ojeda, Rosana Gómez, Clarisa Huber y Analía Hirmbruchner), 1-0 a Ecuador (Gómez) y 6-0 a Colombia (Gómez, Huber, Ojeda, Fabiana Vallejos -2- y Florencia Quiñones).
Ya en la Fase Final, Argentina empató 0-0 con Paraguay y venció 2-0 a Uruguay (Marisa Gerez y Ludmila Manicler). De esta manera, todo se definía en el último partido. Ante Brasil, la Albiceleste no solo se jugaba el título, sino también la clasificación al Mundial 2007 y a los Juegos Olímpicos del 2008. Además, no alcanzaba con un empate: había que ganar sí o sí.
Al terminar el torneo, las dos plazas que el torneo otorgaba para la Copa Mundial Femenina de Fútbol de 2007 fueron ocupadas por Argentina y Brasil, equipos que resultaron campeón y subcampeón respectivamente. La selección Argentina también clasificó a los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, donde Ludmila Manicler convirtió el primer gol en este tipo de certamen, mientras que la selección brasileña tuvo que jugar un repechaje intercontinental contra Ghana.