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El día que el uruguayo Perdomo fue un ‘terremoto’

  • Categoría de la entrada:Fútbol / Varios

No cabe la menor duda de que en el fútbol argentino, los simpatizantes, hinchas y fanáticos viven los partidos de su equipo de una forma bastante particular. Son enérgicos, impulsivos, viviendo como si fuera una religión. Es que la pasión no tiene una explicación científica, porque el deporte llega a generar en el ser humano unos estados emocionales que no responden a conductas que se vayan a volver a repetir en la vida cotidiana de cada uno. 

Nota: Crédito Mateo Mastroianni

Algunos hasta tienen cábalas, formas de mirarlo, ya sea alguien que quiera observarlo solo o con determinada compañía. El consumo de los encuentros, llega a tal punto que hace a la persona acercarse a métodos de la violencia y el maltrato, olvidando muchas veces que es tan sólo un juego, apasionante, pero un juego al fin.

Para entrar a comparar todo lo explicado con lo que vamos a contar, es necesario relatar un hecho bastante fuera de lo común, que tuvo suceso hace 28 años atrás. Para ser más exactos, un 5 de abril de 1992 en el Estadio Jorge Luis Hirschi, antigua cancha de Estudiantes de La Plata, se disputaba por la séptima fecha del campeonato local el clásico platense.  Gimnasia y Esgrima de La Plata, hasta ese momento tuvo un muy mal inicio en ese campeonato Clausura; hasta la sexta jornada, había perdido cuatro partidos y empatado los dos restantes, sin embargo, para el próximo fin de semana se veía obligado si o si a dar vuelta la página rápidamente de todo los malos resultados que venía atravesando. La contienda a disputarse era contra el rival de toda la vida, el escenario era el la mítica cancha ubicado en 1 y 57, sitio del cual el “Lobo” no se iba victorioso desde 1976.  El cotejo no era vistoso, no tenía dramatismo y ambos equipos jugaban con el miedo a perder. Llegando a los nueve minutos de la segunda mitad, el árbitro Juan Bava, sancionó una clara falta en favor de la visita a 35 metros de la portería defendida por Marcelo Yorno. Lo curioso fue que hasta esa pelota parada fundamental, el encargado de patear los tiros libres era el futbolista Carlos Odriozola.

El que tomó la bocha fue el uruguayo José Perdomo, quien se animó a patear y colocarla junto al palo del arquero, quedando éste totalmente estático, provocando el festejo y delirio interminable de los “Triperos”, en lo que sería un triunfo definitivo por 1-0, quedando grabado por siempre en la memoria. El autor del gol, declararía después de finalizado los 90 minutos: “El encargado de esos tiros libres era Odriozola, pero ese día le pedí el balón. Cuando ví que la pelota entraba al arco, sentí que la hinchada pegaba un grito impresionante”.  Y acá llega lo más sorprendente de todo lo vivido aquella tarde: las vibraciones provocadas por el grito de gol del equipo dirigido por Gregorio Pérez, fueron registradas en el sismógrafo del departamento de Sismología e Información Meteorológica del Observatorio Astronómico La Plata, de la Universidad Nacional de La Plata, ubicado a unos 600 metros de distancia, como si se hubiera producido un movimiento telúrico.

La jefa del Departamento de Estación Sismológica del Observatorio de la ciudad, declaró: “Técnicamente fue un ruido que no queda grabado porque no llegó a la medida necesaria, pero quienes estaban ahí vieron que las agujas se movían, registrando el movimiento”. Debido a que la noticia de lo ocurrido llegó a las estaciones de 120 países a través de la red internacional que controla la United States Geological Survey (USGS), la cadena de novedades estadounidenses CNN (Cable News Network), pidió el tape del gol, con su banda sonora, para poder ilustrar con imagen y sonido, como un tanto y una hinchada de fútbol pueden dejar marcado un movimiento sísmico.  “Al ser un encuentro con muchas personas que estaban cantando al unísono, se produjeron esas vibraciones. Esto también tiene que ver con la época, porque los estadios antes eran de madera y ahora son de cemento”, había expresado la doctora en Geofísica, Nora Sabbione. En tal punto de conversación, comentó que nunca se revelaron las bandas de lo que se tomó en el sismógrafo porque no se trató de un objeto de estudio para la facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas.

José Batlle Perdomo Teixeira, conocido como “Terremoto” luego del gol hecho en el clásico, es un ex jugador charrúa nacido en Salto el 5 de enero de 1965.

Jugaba de volante central y pertenecía a una generación uruguaya que se destacó a finales de la década del ’80 y principios de los ’90, la cual terminó con muchos de ellos en la liga italiana, considerada en esos años como la más importante del planeta.

Perdomo debutó como profesional en Peñarol en 1983, donde su habilidad con la pelota parada no pasaron desapercibidos por los especialistas de Europa, siendo fichado en 1989 por el Genoa CFC, institución tana que acababa de retornar a la Serie A. En ese plantel, llegaron a coincidir tres jugadores uruguayos, ya que sumado a Perdomo, estaban el volante zurdo Rubén Paz y el delantero Carlos Alberto Aguilera.

Para la siguiente temporada, Perdomo fue cedido al Real Betis Balompié, siendo recordado porque debutó en un derbi contra el Sevilla Fútbol Club y facturó con un golazo de tiro libre en la puerta del área. La carrera del mediocampista no fue muy auspiciosa en el club español, de hecho al finalizar el año y con el descenso consumado de su equipo, dejó el verdiblanco para llegar a la Argentina y calzarse la pilcha de Gimnasia. Los platenses lograron juntar en su plantilla a dos glorias del fútbol charrúa, Perdomo y Santiago Ostolaza, ambos referentes de la selección celeste.  Sabbione, señaló en esa época que lo dicho fue más “periodístico que la notoriedad del fenómeno en sí”. Por otra parte, agregó: “La vibración que causó el tanto tripero no se puede medir en escala Ritcher porque se trató de un evento artificial. Esas señales tuvieron señales distintas a las de un terremoto de origen natural”.

Con el correr del tiempo, la leyenda del gol de Perdomo se fue agigantando cada vez más en el mundo del fútbol y en todas las diagonales de La Plata. El ya retirado jugador, añora mucho cada vez que revive ese gran gol marcado en el clásico. “Los hinchas saltaron todos juntos. Miré a la tribuna y vi que se venía abajo. Se me pone la piel de gallina cuando lo recuerdo”, confesó.  Las formaciones de ambos equipos el 5 de abril de 1992, por la séptima fecha del torneo argentino, fueron:

ESTUDIANTES: Marcelo Yorno; Juan Carlos Ramírez, Pablo Erbín ©, Juan Marcelo Ceferino Fontana, Leonardo Squadrone; José Pezoa, José Soto, Raúl Aredes, Rubén Capria; Freddy Vera y Félix Torres. DT: Eduardo Flores.

GIMNASIA: Hernán Cristante; Guillermo Sanguinetti, Jorge San Esteban, Darío Ortiz, Sergio Dopazo ©; José María Bianco, José Perdomo, Carlos Javier Odriozola, Gerardo William Miranda; Hugo Romeo Guerra y Guillermo Barros Schelotto. DT: Gregorio Pérez.

 

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